Riesgos de las empresas tecnológicas frente a los despidos

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Personas despidos

Los despidos pueden llegar a adquirir dimensiones importantes, y más cuando se trata de despidos colectivos. La infidelidad de los empleados, las difamaciones, las fugas y robos de datos confidenciales o el abuso de los derechos de la propiedad intelectual son algunos de los riesgos a los que pueden enfrentarse las empresas TIC tras el despido de empleados.

Desde finales de 2022 hemos asistido a una oleada de recortes de plantilla sin precedentes que las empresas tecnológicas como Google, Microsoft o Meta están llevando a cabo, afectando a decenas de miles de empleados. Lo cierto es que los despidos, especialmente los colectivos, conllevan algunos riesgos importantes a los que las empresas deben atender. Por ello, Hiscox ha querido recordar algunos de los principales riesgos a los que pueden enfrentarse las empresas TIC tras el despido de empleados y ante los que, por tanto, deben estar protegidas:

--Ex empleados desleales. Cuando un empleado deja de serlo, la situación puede llegar en ocasiones a tornarse amarga y no acabar en los mejores términos para ninguna de las partes. Un caso muy conocido es el del fundador de la compañía TIC Esselar, que, tras abandonarla, planeó durante meses una venganza en la víspera de una presentación a un cliente importante de la empresa, que consistió en el hackeo de los teléfonos móviles de alrededor de 900 empleados del cliente, eliminando toda su información. Esta situación culminó con la ruptura de las relaciones entre ambas compañías, demandas, daños reputacionales y un obligado cambio de imagen y marca.

--Difamaciones. El descontento puede llevar a exempleados y empresas a descargar difamaciones en algún medio de difusión, como las redes sociales. Estas difamaciones pueden afectar directamente a la imagen y a la reputación de ésta y, a su vez, repercutir en pérdidas económicas en función de la gravedad de las afirmaciones. Pero también podría ocurrir que la propia empresa sea la acusada de difamación por parte de un tercero, por lo que, en cualquier caso, la empresa debería ponerse manos a la obra con su protección ante esta posibilidad.

--Fugas y robos de datos. Un empleado con acceso a datos o documentos confidenciales, además de llevárselos sin permiso y privar de ellos a la empresa, podría también proporcionárselos a la competencia, con las consecuencias que ello podría suponer. Este caso en concreto es un peligro muy real en el sector TIC ya que, según datos de Gesprodat, el 77% de las empresas han sufrido al menos un intento de robo de datos sensibles por parte de empleados.

--Vulneración del derecho de propiedad intelectual. Las empresas no sólo pueden prescindir de un trabajador, sino que puede ser la que contrate a un empleado despedido de su ex compañía. Llegado el caso, puede ocurrir que, en venganza, este trabajador utilice en la nueva compañía alguna propiedad intelectual de la antigua empresa, como puede ser un código fuente propietario. En este tipo de casos, al mismo tiempo que se está incumpliendo el contrato de su uso dañando a la empresa, también son vulnerados los derechos de propiedad intelectual, por lo que las consecuencias pueden alcanzar cierta gravedad.

--Retrasos en la ejecución de proyectos o cumplimiento de plazos. Un trabajador es despedido, pero, ¿qué pasa con el trabajo que pudiera dejar inacabado? Puede ocurrir que, ante esta situación, no se cumplan los plazos previstos de entrega de cualquier proyecto, o bien se realice de una forma en la que no se llegan a los objetivos fijados, causando una pérdida económica al cliente que contrató los servicios de la empresa tecnológica, lo que puede traducirse en pérdidas económicas para la propia empresa derivadas de una demanda.

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